[artículo] Me he dejado llevar - fue la respuesta de una reclusa en el Hogar Buen Pastor [texto impreso] . - 0001. [En diario El Tribuno de Salta. 27/02/1956. pp. 4-5]
Este articulo no se encuentra en carpetas colgantes, se encuentra en estantes temáticos.- Idioma : Español ( spa) in Salta > N° 29.3 [01/01/0001] Clasificación: | Asistencia social
| Resumen: | Historia El Buen Pastor en Salta: fue fundado en 1893 como una institución de asistencia para mujeres y menores, inicialmente un centro correccional y luego un hogar de acogida. Construido entre 1897 y 1906, fue administrado por la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor. Funcionó como asilo y cárcel correccional para mujeres durante casi 100 años.
Detalles históricos:
Fundación y construcción: El edificio fue construido entre 1897 y 1906 para la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor.
Función inicial: Inicialmente fue un centro correccional para mujeres y menores.
Evolución: Luego, el Buen Pastor se convirtió en un hogar de acogida para mujeres en situaciones de vulnerabilidad, como violencia doméstica o abandono familiar.
Patrimonio Histórico: El Buen Pastor fue declarado Patrimonio Histórico Nacional, reconociendo su importancia histórica y cultural según Todojujuy.
Donación de terrenos: Los terrenos donde se encuentra el Buen Pastor fueron donados a la orden por el Obispo de la Diócesis de Salta, Pablo Padilla.
Duración de su función: Funcionó como asilo y cárcel correccional para mujeres durante casi 100 años.
Única cárcel de mujeres: El Buen Pastor fue la única cárcel de mujeres en Salta. | Nota de contenido: | Breve Historia El Buen pastor en Argentina: El 13 de septiembre de 1870, la Sociedad de Beneficencia de la Capital corporación fundada
en 1823 por Rivadavia, nombró una comisión encargada de velar por “la moral de la clase
pobre y desheredada”
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y organizar un asilo de corrección para mujeres menores y adultas.
Con el beneplácito del gobierno de Buenos Aires, el 16 de octubre de 1871 se procedió a la
creación del Asilo de la Pobreza y el Trabajo bajo las bases presentadas por las Inspectoras
del Hospital de Mujeres. El decreto provincial habilitante consignaba lo siguiente: “Art. 1º.
Créase una casa que se denominará “Asilo de la Pobreza y del Trabajo” con el objetivo de
educar y moralizar en ella á las mujeres desvalidas ó culpables, que se determinará en
seguida. 2º. Toda huérfana indigente de mas de doce años, y toda adulta que fuese declarada
por los Jueces ordinarios culpable y pasible de un castigo correccional, serán remitidas á este
Asilo, para su instrucción y mejora, según el caso. Las huérfanas permanecerán en la casa
mientras no se casen y dependan del Ministerio de Menores, pudiendo optar luego por su
permanencia indefinida. En cuanto á las remitidas por los Jueces, por vía de corrección, la
Sociedad hará cumplir la clausula de ellas, por el tiempo que ordene el Juez de la causa. (…)
5º. Las adultas, las culpables y las huérfanas de menor edad, serán mantenidas con la
separación conveniente”.
En una casa alquilada en el barrio porteño de Almagro se inauguró el asilo el 7 de
febrero de 18733
donde fueron recibidas las primeras sesenta mujeres. Las niñas y jóvenes
alojadas percibirían una educación cristiana y una “inculcación de los valores socialmente
aceptados”, teniendo como eje central la preservación del modelo de mujer-madre. El
resguardo de la moral, la abnegación y el esfuerzo personal constituyeron las premisas en que
se basó el concepto de buen comportamiento y apego a las buenas costumbres que se
intentaron trasmitir.
Al poco tiempo, las autoridades de la Sociedad tomaron contacto con la congregación
religiosa del Buen Pastor4
con asiento en Francia, que brindaba en varios países latinoamericanos sus servicios y personal para mejorar la condición de los sectores
considerados “pobres y desvalidos”, entre los que se encontraban la implementación de
proyectos institucionales de tipo correccional para mujeres5
. Desde la ciudad porteña se
enviaron solicitudes y pedidos por escritos al Monasterio General de Angers para comenzar
las tratativas conducentes a incorporar a las religiosas al esquema de asistencia y cuidados
que proveía la Sociedad Beneficencia6
. La iniciativa recibió la aceptación de la congregación
y el asilo fue presentado ante la opinión pública de Buenos Aires en 1873 con un nuevo
nombre: “Asilo del Buen Pastor”. Para el mismo año, la Sociedad de Beneficencia tenía a su
cargo otros Establecimientos educativos y religiosos donde se alojaban niñas y jóvenes, sin
familia y abandonadas. Entre ellas, se destacaron la Casa de Expósitos, el Asilo de Huérfanos
(con un pabellón para niñas) y el Colegio de la Merced, que concentraron la mayor cantidad
de población infantil.
El objetivo del presente trabajo es abordar algunos aspectos del funcionamiento
institucional del Buen Pastor, dentro de un conjunto más amplio de Establecimientos de
beneficencia y de pervivencia de problemáticas infantiles de variada complejidad. Su
inauguración apareció sumergida y atravesada por un proceso donde se destacaron dos
tópicos interrelacionados: por un lado, encontramos los cambios en la legislación sobre
menores en materia de corrección, y por el otro, el corto período de vida del asilo, coexistió
con los intentos de reorganización de las dependencias oficiales-estatales y con los proyectos
de conformación de nuevas instituciones públicas punitivas. El período en que se puso en marcha este proyecto coincidió con la entrada en vigencia del Código Civil de Vélez
Sarsfield, en enero de 1871. Sus artículos introdujeron modificaciones al estatuto de menor e
innovaciones legales en temáticas de correccionales en la infancia que merecen nuestra
atención. Del mismo modo, la aparición del Ministerio de Menores dentro del Código Civil
fue otro rasgo que se añadió a los cambios operados en el gobierno de los menores durante la
última parte del siglo XIX y que concita especial interés. En esta oportunidad, intentaremos
establecer cómo se posicionó el Buen Pastor como ámbito de encierro para la corrección y
educación de las menores, dentro de un proceso de cambio signado por la falta de recursos
materiales y humanos estatales y donde paulatinamente se imponía un “nuevo horizonte
punitivo-institucional”.....(seguir investigando).
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